Las cosas que vienen me recuerdan a ti : La fugacidad de lo eterno

martes, 21 de agosto de 2007

Las cosas que vienen me recuerdan a ti






Heraclito dijo "nadie baja dos veces al mismo río"

Julio 2005

El taxi me lleva al centro de la ciudad, en el bolsillo del pantalón tengo algo de dinero, un papel con la dirección de su casa, su numero de teléfono y su nombre Cecilia …

Cecilia... como dice Kiefer, nombre con olor a arrayan y tibieza de felpa.

No se nada de ella, ni conozco su rostro.Mi ansiedad y mis nervios son más veloces que esta tortuga de cuatro ruedas.

Pienso si le caere en gracia y más aún comienzo a cuestionarme si esto de conocer personas por una línea telefónica está bien, es extraño este sistema perteneciente al mundo del revés, en donde uno se conoce a lo largo de extensas charlas, y al cabo de unos días, ver físicamente aquella voz a la cual se atrevió a confesar cosas que ni siquiera a la persona más cercana le contaría. Pero ha llegado el momento en que los castillos y los príncipes o princesas se erigen hasta lo más alto de la torre Eiffel o se caen como un ciego por el hueco de un ascensor. En esa circunstancia me encuentro en la puerta del edificio de su departamento a punto de apretar el botón del 3º D, como no podía ser de otra manera, mis nervios en este momento son de papel, estoy estirando el brazo cuando escucho una voz que me pregunta por una calle que desconozco y por un segundo pienso en salir corriendo y desintegrarme en el aire como el transbordador Columbia. Pero, un viaje de 500 kilómetros merecen su recompensa, así que toco el timbre del portero, y deseo fervientemente que nadie me atienda, silencio… toco nuevamente, silencio…toco tres veces en forma continua, nada… pienso si no seré victima de un chiste de mal gusto, pero miro la dirección y es correcta.

En la vereda de enfrente hay un locutorio, me cruzo y llamo el teléfono que suena y resuena infinitas veces…

Me acabo de convencer soy un idiota al cuadrado, eso es lo bueno de recorrer grandes distancias, los premios son abultados (imagino).Vuelvo al edificio toco nuevamente el timbre del portero, cada vez que oprimo pareciera que mi mano aparecerá en el departamento de al lado, mi adrenalina crece con cada timbrazo y empiezo a insultar como si ella me escuchase, mi tono es cada vez mas exasperado cuando estoy a punto de culminar mi obra maestra del insulto… escucho una voz que dice ¿ quién es ( miro a mi alrededor no hay nadie) y otra vez un quien es, lejano, cercano, que acaricia…

Todo mi ser queda estupefacto al darme cuenta que dicha voz provenía del portero eléctrico .Es ella... por unos segundos me quedo inmóvil, callado hasta que reacciono y le respondo .Digo quien soy e inmediatamente me contesta que enseguida baja.

Estoy a punto de saber si todo aquel tiempo de conversaciones interminables, con esa voz sin rostro, con ese alma abierta ante alguien también desconocido por ella, fue en vano, ya no me importa si es linda o fea, porque estoy seguro que fuimos sinceros, solo quiero saber si todo esto es simplemente algo platónico, quiero comprobar que los sueños también se pueden vivir.

Los nervios me consumen, si tuviese cigarrillos los devoraría, excepto por un pequeño detalle nunca fume, se abre la puerta del ascensor, bajan tres mujeres, ¡justo ahora! ¿Cual será?

La rubia descartada, me dijo que no lo era, pero de las dos morochas, cual será? , Las dos siguen de largo. Enfoco mi vista en la puerta del ascensor, entonces siento que me tocan el hombro, una morocha sonriente:


_ Hola, por fin nos conocemos! No caben dudas es ella.


_ Hola, siento la irrefrenable necesidad de ir a comprar un diccionario, y que de ese modo aparezcan las palabras, disculpa es que estaba mirando….


_ No discúlpame vos, primero quería despedir a mis amigas, nuestras miradas se cruzan por primera vez y nuestros pensamientos también, diálogos sin palabras.


_ Que te parece si vamos a comer, pero decime vos donde podemos ir, yo no conozco nada por acá, cuando uno no sabe que decir lo mejor es comer.


Caminamos en la noche, que acomodo todas sus estrellas estratégicamente, junto con la luna para que la escena fuese propicia. Me parece atractiva, pero mas atractivo es este momento mágico, casi increíble y de repente la noche se lleno de palabras, diálogos, risas de placer, pasamos junto a un cartel de publicidad en donde una pareja caminaba bajo la luz lunar, alegórico afiche callejero, ¿es que habremos saltado desde su interior, para dejar de ser simples figuras decorativas y por un momento definitivo, tentarnos como Eva y Adán huyendo del paraíso.

El umbral del restaurante nos devora, con un ambiente de luz tenue, en donde la guitarra de la Valentino Jazz Bazar se entremezcla con el aroma que se desprende desde la boca de un Cabernet-merlot, que desinhibe serenamente miradas que piden piel. El vino cae en la copa, que se torna roja, como la sangre que fluye vertiginosamente en nuestros cuerpos, sístole y diástole a punto de colapsar, sus labios que encienden el fuego, se posan en la fina copa, brindando calma a tanta sed, mientras pronuncian palabras que no entiendo, entretanto Cortazar insistía a mis oídos “algo habla entre sus dedos, lenguas dulces lamen la húmeda palma, corren por las falanges, y arriba está la noche llena de ojos.”.

Solos, cenando, sin techos ni paredes que nos detengan.

Solos… mientras el metre y el gerente se desintegran, nuestra mesa queda suspendida en el aire y hablamos hasta quedar exhaustos, luego con la última cereza, vino el último sorbo de champagne mezclado en nuestras bocas, como debe ser un beso.

Mi reloj me señala que solo me quedan cuatro horas para que esta noche llegue a su fin.

Sus agujas marchan firmes hacia un futuro que no se si existe, pero por primera vez en mi vida solo existirá el presente.

Nos fuimos caminando hacia su departamento, al llegar un silencio nos persiguió hasta su habitación.

Las cortinas de su ventana danzan levemente, sin querer perturbar, debajo de nuestros cuerpos el mundo gira cruel, un anciano se deja morir en busca de su compañera, que lo espera, alguien dice “no te amo mas, me voy” sabanas frías, un nuevo llanto surge al mundo.

Pero que importa si el planeta explota.

Sentí como nunca había sentido.

El origen de mi cuerpo terminaba en su razón de ser mujer, solo tenía sentido ser hombre para gozarla, para que bebiera de mí y yo de ella en un ritual sagrado, que me conectaba con el mar, con los cielos y con su alma que penetro en mí.

No hubo despedida solo un hasta luego, uno no se despide de lo que lleva adentro… y otra vez Julio susurrando en mis oídos “Ya están vestidos, ya se van por la calle. Y es sólo entonces cuando están muertos, cuando están vestidos, que la ciudad los recupera hipócrita y les impone los deberes cotidianos”.
Solo se que jamás volveremos a ser las mismas personas y es por eso nadie baja dos veces al mismo río.



8 comentarios:

Marie dijo...

Chapeau!!!

No puedo creer cómo el amor hace salir este tipo de palabras, amigo!. Me quedé paralizada en tu relato... Es bellísimo!, y me imagino lo bien que se debe sentir ;)

Un abrazo.

todas las cosas que vienen me recuerdan a ti dijo...

Amiga agradezco tus palabras, me motivan para seguir escribiendo.
Y si es unico e irrepetible el sentir.

AiguaMel dijo...

Fuertes emociones en muy poco tiempo,... Suben del estómago a la garganta y cuando pasa ese día se recuerda toda la vida,...

Un abrazo

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Mira flaco si para vos esta bien... joya te felicito, ahora loco, tanto kilometros te mandaste para ver a la señora esta, podrias haber buscado algo más cerca.
Este pregunto valió la pena tanto viaje?

Anónimo dijo...

Este relato me recuerda lo que las pesonas somos capaces de hacer por nuevas vivencias, al menos esta vez me hiciste reir y como me ponia la maestra de tercer grado en el boletín "continua así".
Che te cobro caro jajaja...

Anónimo dijo...

Ahhhhhhhh no había leído este relato!
Si supieras.......cuánto de real se vive en tus palabras!!!!!
No, nunca se vuelve siendo los mismos......... y al anónimo que cuestiona tiempo o distancia por sentir estremecerse el alma...
(Que se haga ver).

Que durar... no es mejor que arder.

ev dijo...

Que bella historia. No la había leído.