martes, 16 de febrero de 2010

Totem



¿Merezco su presencia?
¿Me sacare el sobrero?

Bien plantado en la tierra
las nubes se enmarañan en sus duros cabellos.

Me detengo y escucho.

Sus millares de manos
rasguean en el aire una canción de lluvia
"El clamor de lo verde"

Torna luego a la calma.

Aunque vive tan alto que ignora mi existencia
no quiero perturbarlo.

¡Quien pudiera decirme si es un dios o es un árbol!



Oliverio Girondo

sábado, 20 de diciembre de 2008

¿Credulidad?




Las uvas viejas de un amor en el placard
son esas cosas que te están amortajando
Haciendo esta salvedad
tu mente ya estará progresando

Pero vas donde sonrisas te dan
esos encapuchados de un mundo viejo
No, no ves que nada te dan

Credulidad
Credulidad

Lo peculiar de nuestro gran calabozo
es esta especie de terror por el bosque.
La risa, nena, no podrá surgir
a menos que te subas al árbol.

Bien, el árbol es la verdad
Descansa por tu cuerpo, cierra ya los ojos
Hoy tus uvas vas a tirar

Credulidad
Credulidad
Credulidad


AUTOR: Luis Alberto Spinetta
Interpretes: La Jury - Moscardini



viernes, 19 de septiembre de 2008

Adolorido, ya esta no hay mas...

Letra y música: Juan Quintero

Ya está, no hay mas
basta de andar hurgándome
en el pecho
con qué derecho
te has venido hasta acá
a hacerme tanto mal
con qué derecho has podido.
Con tanto llanto que te ha dado
te hei malcriado
y siempre querés de más.
Dolor andate ya
no quiero verte conmigo.
Ya está, no hay mas,
deje, ya ha revalsao
la gota el vaso
Ya está, no hay mas
basta de andar hurgándome
en el pecho
con qué derecho
te has venido hasta acá
a hacerme tanto mal
con qué derecho has podido.
Con tanto llanto que te ha dado
te hei malcriado
y siempre querés de más.
Dolor andate ya
no quiero verte conmigo.
Ya está, no hay mas,
deje, ya ha revalsao
la gota el vaso
y he torcío el brazo,
no puedo darte mas,
acá ya has terminao
buscá otro suelo mi amigo.
Hasta el recuerdo
está borroso
y al tiempo hermoso
a hacerme tanto mal
con qué derecho has podido.
Con tanto llanto que te ha dado
te hei malcriado
y siempre querés de más.
Dolor andate ya
no quiero verte conmigo.
Ya está, no hay mas,
deje, ya ha revalsao
la gota el vaso
y he torcío el brazo,
no puedo darte mas,
acá ya has terminao
buscá otro suelo mi amigo.
Hasta el recuerdo
está borroso
y al tiempo hermoso
Con tanto llanto que te ha dado
te hei malcriado
y siempre querés de más.
Dolor andate ya
no quiero verte conmigo.
Ya está, no hay mas,
deje, ya ha revalsao
la gota el vaso
y he torcío el brazo,
no puedo darte mas,
acá ya has terminao
buscá otro suelo mi amigo.
Hasta el recuerdo
está borroso
y al tiempo hermoso
triste me lo has dejao.
Ya está, no vuelvas mas
y siempre querés de más.
Dolor andate ya
no quiero verte conmigo.
Ya está, no hay mas,
deje, ya ha revalsao
la gota el vaso
y he torcío el brazo,
no puedo darte mas,
acá ya has terminao
buscá otro suelo mi amigo.
Hasta el recuerdo
está borroso
y al tiempo hermoso
triste me lo has dejao.

Ya está, no vuelvas mas
ite por donde has venido.
no quiero verte conmigo.
Ya está, no hay mas,
deje, ya ha revalsao
la gota el vaso
y he torcío el brazo,
no puedo darte mas,
acá ya has terminao
buscá otro suelo mi amigo.
Hasta el recuerdo
está borroso
y al tiempo hermoso
triste me lo has dejao.
Ya está, no vuelvas mas
ite por donde has venido
triste me lo has dejao.
Ya está, no vuelvas mas



viernes, 11 de julio de 2008

Parece pajarito


Este texto que se encuentra en el cd. de Coqui Ortiz, bien me serviría para un post en el blog de RadioNuna, pero al leerlo descubrí algo que me llamo la atención, es la primera vez que un cantante describe el trabajo de su disco de una forma tan intima.

Entonces vaya este hermoso texto para ustedes y en especial a Eve, porque las fotos de su blog cuentan historias que no necesitan ninguna explicacion.


Una tarde, hace bastante tiempo, quizás ocho años, estaba tocando la guitarra en el patio de casa. Al rato, la oscuridad se había llevado todo y quede solo entre el murmullo del barrio y una nostalgia y una nostalgia tan grande que cuando me di cuenta, ese sentimiento ya era un cielo en mis ojos.

Escuche venir, entonces, desde la casa de algún vecino, aquel chamame a paso lento y me entregue una vez más, sin saberlo aun, al interminable recuerdo. Alguien me enseño a recordar siempre, y siento nostalgia hasta del futuro. Anhele y soñé con tanta intensidad que, incluso, aquella cosas que no llegue a vivir realmente se me adentraron tanto que ahora las extraño y las espero.

Aquí, en estos sonidos, esta mi viejo fumando temprano, pegado a la radio o silbando entre el humo del asado dominguero. También, mi abuela y Doña CECI, que me daban el mate “cocido con bananas” y una palmadita antes de que saliera corriendo para la canchita. La guitarra, los muchachos del barrio, los acordes que me pasaron Martillo y Carlota, la magia de aquellas noches en busca de una guitarreada el ir llegando y alguien que dice “che parece que en esa casa esta el cabezón Caye tocando” yo también quise ser como el. El buen modo con que Ricardo, el extraño pájaro de las costas de Uruguay, me enseño a escuchar la música, a ser músico de oficio y disfrutar del camino. Los largos mates con German, aprendiendo y viendo a través de sus ojos otros colores. José y el amor que espera, y que lo llevo volando un día. El compadre Juan Quintero, que apareció de repente y me disparo con guitarra en el pecho, a un metro de distancia. Y el loco jorgito, mi hermano, que desapareció para siempre un día, sin que termináramos de tomar el vino. Mis compañeros de ronda, con quienes aprendí a valorar la grandeza de las pequeñas cosas a defender la belleza y construirle un templo. Don Aledo y su generosidad de siempre y la alegría de combatir un nuevo fruto. El Negro Aguirre, como siempre, revoloteando para cuidar mi sueño.

Parece pajarito nació una tarde que llevaba a mi hija en bicicleta. De repente, entre preguntas y respuestas ella dijo:

- ¿Y el abuelo Alfredo donde esta?

- Se fue respondí. Pero ella insistió.

- Si pero ¿adonde se fue?

- Al cielo dije.

- ¡EEhhhhhh!!! Grito. Parece pajarito ¿eh?

Cuenta una leyenda sobre el picaflor que toda vez que un abuelo muere, en el lugar donde son enterrados sus huesos nacen flores. El picaflor, entonces, es el pájaro encargado de venir a beber de esas flores para llevarse el alma a un lugar bendito. Cuando se canta la canción del picaflor es para pedir que el espíritu del abuelo nos siga iluminando el camino.

Este es un disco lleno de nostalgia, alegría y, sobre todo, de profundo agradecimiento.

Pero los aromas nos envuelven y el horizonte nos llama siempre. De pronto, Paloma entra y me dice:

- No cantes Garzas viajeras, que me hace lagrimitas.

Ahí seguimos…..

Sale un chamame a paso lento

de una vieja radio como él

Anda por la casa impregnado las cortinas

y mis ojos van cayéndose a sus pies.

Salen de sus cajas los recuerdos,

Perfumadas hojas que guarde,

el silbido libre de mi padre por las tardes,

las historias que no pude comprender.

Ronda que ronda mis sueños,

voces que nunca olvide.

Vuelven del fondo del tiempo,

hablan conmigo otra vez.

Rostros que repaso en blanco y negro,

angel de la guarda amigo fiel.

Cuentos que quedaron bajo el foco de la esquina

al el embrujo de algún tierno anochecer.

Abro una mirada sangre adentro,

bebo de su cauce mi niñez.

Y cuando regreso, una ilusión me esta esperando.

Soy el rio que no deja de crecer.

martes, 18 de marzo de 2008

Apocalisis Ya!!!? no hay mas metaforas...

Si nunca lamentaste el carecer de alas para no profanar la naturaleza con tus crueles pasos humanos, entonces nunca has amado esa tierra Cioran.

Sábado

- Pa!!! Cambia de canal, siempre lo mismo, no ves que después no puedo dormir.

Y como buen padre cedo ante el reclamo de mi adorado hijo, para eso me juego una carta segura, Discovery, en ese momento estaban pasando un programa que creo se llama “historia de crimen” sangre, muertos, me cercioro no haber puesto otro canal, pero no habia apretado bien las teclas del control remoto, cambio a TyC sport, muere un hincha de fútbol baleado y sus compañeros de tribuna rompen el estadio!!!? Dios!!! es demasiado apago y me voy a dormir.

Domingo

Al despertarme encuentro a mi hijo durmiendo a mi lado, me siento culpable.

Enciendo la compu y comienzo a visitar blogs ingreso al de Alicia, a esta altura ya tome confianza, y encuentro un post llamado “Sin lugar para los débiles” como la película, puedo decir que me devore su escrito y rescate una frase que me dio vueltas en mi cabeza “El mono desnudo que somos, entre otras cosas, repite conductas” y “la película debió llamarse "Sin lugar para nadie".”

Ni siquiera tuve tiempo para pensar lo que había leído, he ingreso al blog “Era chino” de Guillermo Hernandez (periodista) en su post “Apocalipsis” habla de la misma película, pero en realidad en ambos blogs lo principal pasa por otro lado, la violencia.

Del blog tome las siguientes frases “Es la hora de que el planeta se sacuda a los parásitos.”, “Los malos tienen en poder, pero no nacieron malos” y

“Seguramente será como un gran cáncer que crecerá de a poco. El planeta se extirpará ese cáncer.”

Me quede tirado en el sillón, sin saber que hacer, que decir, y recordé las vacaciones con mi hijo, solos en las sierras, lejos de todo, cerca de nada.

Ahí él podía ir a un negocio que se encontraba a unas seis cuadras, solo, sin temor.

Tranquilidad esa es la palabra, que busque en una anécdota de Borges, cuando una vez estuvo en un desierto y se agacho para recoger arena entre sus manos, cuando la tomo la dejo escurrir por entre medio de sus dedos, para después decir “He modificado el desierto”

Quizás el debil reloj de arena se haya roto, tal vez "Es la hora que el planeta se sacuda a los párasitos" y el planeta este "Sin lugar para nadie", pero mientras no caiga el ultimo grano de arena podemos modificar este desierto.





lunes, 25 de febrero de 2008

Algún día nunca es tarde...


“Cuando tengas algo que decir, procura que tus palabras sean mas importantes que tus silencios” Atahualpa


"De todos los hombres, acaso fuera el único en saber que una palabra, una mirada, pueden borrar años de felicidad, siendo más crueles porque contrastan con una dulzura constante; y es que nuestra naturaleza nos inclina a experimentar más dolor con una disonancia en la felicidad que placer con un goce en la desdicha." Honoré de Balzac.




Las tardes de primavera son especiales.

Siento hasta la fragancia de esas tardes.

Tenía ocho años, cuando con Juan, mi primo, estábamos sentados en la vereda jugando con figuritas…

-Uhh! Mira que pedazo de hoja que lleva esa hormiga!

Entonces, cual titanes, con un palito nos pusimos a cortarle el paso, a desviar su marcha, y la hormiga a duras penas intentaba continuar con su pesada carga mientras tambaleaba, hasta que la hoja se caía y nosotros pensándola vencida, acometíamos con la que la seguía en la marcha…

Y así pasaban las horas y aquellas escenas vuelven, una y otra vez…

2002

Jueves, dos de la mañana, suena el teléfono. Me despierto sobresaltado, estoy seguro que algo malo sucedió, nadie te llama a esta hora para entregarte un premio.

Atiendo.

- Hola .Trato de despejarme de algún modo, pero es casi imposible.

- Hola, me responden, para después quedar callados

- Soy Juan, tu primo.

- Por qué no contestabas? boludo!

- Necesito hablar con vos- se le notaba un tono extraño, lo particular de él es que me llama a esta hora cuando esta angustiado, porque seguramente discutió con Karina, su novia.

- Escúchame no podemos charlar mañana, tengo que madrugar!

- Se que te rompo las pelotas a esta hora, pero discutí con Karina.

- Juan, seguro que mañana se van a encontrar y todo se va arreglar (trato de convencerlo, sabiendo que esta escena ya la viví varias veces).

No hay repuesta, solo un silencio profundamente cruel.

- Me escuchaste!!? Juan, me escuchaste?

No hay respuesta, a través del teléfono solo se escucha un llanto, helado, el siempre discutía con su novia, luego me llamaba, pero jamás lo escuche tan angustiado, entonces le pregunto si puedo ir a su casa, pero creo que no me oye.

Me visto, miro el reloj, pienso en mañana, tengo el trabajo atrasado en la oficina, pero se que la noche va hacer muy larga y bue…

Está lloviendo, su departamento queda a unas seis cuadras del mío, no pasa ningún taxi, maldigo en voz baja, empiezo a caminar, la calle esta absolutamente desierta, solo los relámpagos iluminan el cielo.

En el umbral de una casa hay una pareja discutiendo, ella llora, cada pareja tiene su mundo y hay tanto mundo atroz!

El cielo sigue raro, demandante, impaciente…

Me acuerdo de Cecilia, que estará haciendo?

Intento volver a comunicarme con Juan y nadie contesta.

Llego al edificio donde vive. Toco el portero. Nada. Insisto. Nada.

Me impaciento.

Miro al cielo, lo noto raro, encubridor…

Mi corazón bombea mala sangre, toco el timbre del encargado del edificio, me atiende a regañadientes, le explico que Juan no responde, que soy el primo, que es extraño , que no se quedó dormido, que no puedo volver mañana, que estaba deprimido.

Finalmente lo convenzo e irá a llamar a Juan a su puerta.

Baja de mala gana, diciéndome que nadie lo atendió a pesar de los terribles golpazos que dio a la puerta.

Miro al cielo, raro, intrigante…

Creo que la vida es un cúmulo de instantes, de pequeños momentos, un segundo en la vida de una persona desesperada no posee la misma longitud, que aquel sin conflicto alguno.

Juan seguramente sintió el peso del tiempo, quiero decir su segundo se transformo en eterno, y su eternidad, efímera.

Policía, ambulancia, revolver 22, bala, sangre, estado de coma.

Las imágenes se me mezclan, Juan, las hormigas sin su carga verde, la pareja discutiendo, los relámpagos, me seguirá queriendo Cecilia…

Juan está en el límite, mirando para un lado y para el otro, llevando su carga, tambaleándose, confundido, intentando o resignado.

No le pudieron extraer la bala, el médico habló con él para ofrecerle su mejor menú, lo operaba con el riesgo de no pasar la operación o le dejaba la bala en su cabeza, con la posibilidad que muriese dos o tres años después, muchas veces la muerte se sirve en un plato exquisito, pero en casos como este nos las venden en cuotas.

Pasaron dos años, pero la vida se cobra las deudas.

Nos citamos en un bar, lo recuerdo bien, estaba muy ansioso, tremendamente ansioso, mis manos transpiraban inusualmente, recuerdo haber llegado una hora antes algo extraño conociendo mi impuntualidad, no se porque elegimos este lugar?

Elegí la mesa mas alejada de la entrada, sentado ahí podía ver todo el salón y también cuando ingresara al bar.

Miré el amplio ventanal y me pareció observar su silueta caminando rumbo a la entrada.

Es él, le hago señas y se aproxima… en ese momento siento que mis oídos dejan de percibir el sonido de alrededor, son treinta metros que nos separan y como en aquellas películas donde los protagonistas se aproximan en una caprichosa cámara lenta, mientras en mi se repiten las imágenes: la pareja discutiendo bajo la lluvia que fue el presagio de otras lluvias, el cielo demandante, las hormigas aplastadas, el cielo intrigante y la imagen de Cecilia que se esfuma en el cielo impaciente. Quiero romper los malditos esquemas que me atan y mi estúpida mirada a lo que me rodea, para abrazarlo como no pude hacerlo aquella noche sin estrellas.

Ahora estamos parados, ciegos, frente a este laberinto, que el destino nos impuso, nuestras miradas se cruzan tratando de encontrar aquello que fuimos, aquello que no volveremos a ser.

La vida nos da su vuelto en monedas pesadas.

En esa fría noche de junio, nuestro dialogo duro hasta que las lenguas comenzaron a enredar las palabras, la pequeña mesa nos vuelve a separar, pero su vieja y sabia madera absorbió el tiempo que no pudo ser.

Al escribir este texto me detengo, para observarlo en su totalidad y noto que cada renglón es un sendero y cada letra es una hormiga que lleva su pesada carga.




Cuando quieras mi amor, no lo imagines
no sueñes esperando que lo adivine
Cuando quieras al fin seguir tu instinto
ven a verme y abandona tu laberinto

Si no entiendes lo que vives, si no crees lo que dicen,
quizás sea porque no puedes sentir tu propio rumbo
atrapada por el molde que te hicieron que no logras destruir.

Cuando quieras saber quien soy realmente
permite que tus ojos me lo cuenten
Cuando quieras mi amor, no te lo niegues
es tan triste que no tengas y desees.

Cuando quieras mi amor, no lo imagines
no sueñes esperando que lo adivine.
Cuando quieras al fin seguir tu instinto
ven a verme y abandona tu laberinto